| Reflexión | Pedir perdón es rebajarse

por Manuel López Conde en Córdoba a 12 de febrero de 2013

Existen ocasiones en que los padres de nadadores demuestran que la educación en valores es una de sus asignaturas pendientes así como la de gran parte de la sociedad. En esta cuestión los entrenadores tenemos un papel fundamental en todo esto. La labor educativa que debemos de realizar esta al mismo o mayor nivel que las exigencias en entrenamiento puro y duro. Por lo que debemos ser autocríticos y, desde ya, ir trabajando y formándonos en valores para así poder gestionar estos tristes episodios que nos vamos encontrando día a día. Debemos recordar que el primero que debe de autoevaluarse es el propio entrenador, no sea el caso de que nos enfadamos o criticamos a padres que “mal educan” y nosotros también lo estemos haciendo inconscientemente. -Formación y autocritica-.

Lo que ocurrió fue lo siguiente: 
Existe un conflicto entre nadadores del grupo de entrenamiento en el que uno de ellos recibe por parte de algunos compañeros burlas, insultos y es motivo de comparaciones y mofas. En la mediación del conflicto y habiendo hablado con las partes implicadas, esta situación de falta de respeto se soluciona. Les pido que hagan las paces entre ellos y les complemento con una charla sobre respeto, compañerismo y temas que venían al caso. Los chavales a partir de ese día tienen un trato normal y el chico en cuestión me cuenta que todo esta bien y que se siente aceptado y ya no sufre burlas de ningún tipo. Ahora viene lo bueno…un compañero de trabajo me comenta lo que han dicho un grupo de madres/padres... Por supuesto son de la parte atacante:

“que eso de pedir perdón es rebajarse. Que eso demuestra debilidad y que lo que tiene que hacer el otro es poner solución a su problema.”

 ¡Tomaaa ya!

Todo esto es para ponerse a pensar un poco. Me viene a la cabeza el siguiente esquema.

Incluso pienso que padres que hayan sido deportistas dependen en gran medida del deporte que hayan conocido y si han tenido un entrenador que reforzara y afianzara estos valores que produce el deporte bien planteado.

He aquí el papel tan importante que tiene el entrenador. El día a día con los deportistas se basa en comunicación verbal y no verbal, ilusiones, disciplina, respeto a la actividad y a los compañeros, canalizar el éxito y el fracaso, compañerismo, etc… Por todo esto creo que es defecto profesional creer que los padres tienen estos valores. Son personas y todo esto les puede venir grande.  “Hay que saber que lo mejor que nos podemos encontrar es el padre imperfecto, pero con ganas de mejorar”. También existen entrenadores que esta parte educativa no la trabajan en absoluto o en cambio si creen que la trabajan y están haciendo un desgalazo…

Seguiremos intentándolo.