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martes, 26 de febrero de 2013

| Reflexión | La mochila del buen competidor



 por Manuel López conde en Córdoba a 26 de febrero de 2013

A cuarenta y ocho horas de que comience el Campeonato de España infantil-junior me abordan muchas reflexiones en mi cabeza. Me animo a escribir sobre la competición en sí. Estas semanas atrás, leídos varios artículos que hablan sobre la actitud, el dialogo interno, psicología de la competición, puesta a punto, el estrés de la competición…me aborda una inminente reflexión. O mejor dicho una gran pregunta…¿sabes lo que se siente en una competición, antes, durante y después? Para ser un buen maestro primero debes haber experimentado, más o menos, lo que van a experimentar tus pupilos. Es fácil pedir lo ideal, y más fácil todavía exigir lo mejor. Pero qué difícil es para el nadador hacer lo correcto. El entrenador tiene aquí una gran responsabilidad.
En este artículo que habla sobre Estrés y competición encuentro un párrafo importante que añado a continuación…

Alan Goldberg describe lo que sucede cuando sucumbimos a los demonios mentales bajo la presión en competiciones importantes...

En primer lugar, su nivel de nerviosismo aumentará. En segundo lugar, cuando se pone nervioso, su tensión muscular aumentará automáticamente. En tercer lugar, la cantidad de pensamientos negativos y auto-DUDAS en tu cabeza se incrementará. Y en cuarto lugar, cuando usted está inundado de negatividad y dudas, su confianza hará un vuelo en picado! Y por último, y como resultado de todo esto anteriormente, su rendimiento en carrera irá a pique!

¡Que verdad!. Describe una secuencia típica y casi imparable. Siempre pienso, y les digo a los chavales que, “-nerviosos se ponen todos los nadadores que se juegan algo pero solo vence el que sabe controlar la situación-“. Si el nadador ha creado situaciones críticas en entrenamientos de manera autónoma estará más preparado para esta secuencia tan común, tan desagradable y tan difícil de controlar. Si ha vivido solo situaciones críticas provocadas por el entrenador estará menos preparado que el anterior, pero si no sabe ni lo que es una situación crítica, ya sabes que dependes del azar.
Animar a conocerse y animarlos a trabajar estos miedos es fundamental para que todo el trabajo realizado obtenga frutos. El trabajo del entrenador en este campo es fundamental y su mejor herramienta es el psicólogo deportivo, libros y documentación, buenos oídos para escuchar, buenas palabras para hacer entender, la desconocida EMPATÍA y mucha paciencia.

Primera parte. El viaje.
Luego viene lo bueno. El viaje es siempre complicado. Este año el 98% de los nadadores deben de volar en avión para llegar a Palma de Mallorca. Siempre estos viajes suponen un gran estrés. Para nadadores, entrenadores y padres (por los preparativos). Hay que prepararlos para que estén tranquilos, que se abriguen, que coman lo de siempre…, pero sobre todo para que estén tranquilos y ahorrando energías. No vamos a un viaje de fin de curso. El vuelo, los cambios de presión durante el vuelo, la bajada de defensas del organismo ante situaciones de estrés, aeropuerto, coche de alquiler, maletas, perdidos por Palma, piscina nueva… te pueden hacer pasar un mal campeonato.

Segunda parte. El campeonato.
Sobre esto no me alargo, cada uno podrá escribir su crónica la semana próxima, unos con más ganas y otros con menos. Lo que tenemos es lo que tenemos, mejores o peores nadadores, mejores o peores competidores. Es un campeonato no lo olvidéis. No todo el mundo lo va  hacer mal ni todo el mundo lo va a hacer bien. Lo que si suele ocurrir es que los que más han trabajado, estadísticamente hablando, suelen ser los que mejor lo hacen. Los que han competido en todos y cada uno de los entrenamientos, suelen salir airosos. Los que esperan a ver cómo reaccionan ante tantos factores ambientales, emocionales y confían en la suerte… chungo…

Tercera parte. La actitud.
Os adjunto un artículo que habla de futbol, pero que es muy interesante. Me lo paso un psicólogo deportivo que me enseña constantemente. El artículo se llama “Falta de Actitud, ufff”. En el podemos ilustrar lo difícil que es soportar la presión y saber identificar lo que sentimos y poder entender determinados actos que solo explicamos con la manida frase de “le falta actitud”. Yo la he pronunciado mucho, ahora contemplo el término con más cuidado y respeto.  Os adjunto un párrafo…

“Cuando el futbolista no vive el partido desde la tarea que le demanda sino que lo percibe como un riesgo o amenaza, con incertidumbre sobre si va a ser capaz de responder a las expectativas generadas en el entorno…, entonces aumenta considerablemente su activación nerviosa, se tensan sus músculos, la coordinación es menos fina, la respiración es más corta y acelerada, el diálogo interno se multiplica, se rompe la concentración, las decisiones en el juego surgen con lentitud…. los errores se precipitan y su rendimiento cae en picado.”

Con todo esto solo desear que los resultados sean los merecidos, que no siempre son los esperados. De todo se aprende, aprendemos todos, pero debemos ser todos lo que queramos seguir aprendiendo. Y como siempre tened en cuenta que aprendemos más de nuestros errores. El fin no justifica los medios y la actitud es un término complicado, el trabajo consuma el éxito, el estrés que existe en una competición es algo a tener en cuenta, cuidar el cuerpo en los viajes, tenerlo casi todo bajo control…y tened en cuenta será el nadador quien decida…
SI o NO, ellos tienen la última palabra.

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